Los últimos sucesos acontecidos en Ferguson y Cleveland han vuelto a poner sobre la
mesa el viejo debate acerca del racismo latente que corroe a la sociedad
norteamericana. No sólo eso, también
sacan a la luz la terrible impunidad policial existente en la “mayor democracia
del mundo” tras el enésimo asesinato racial en el que se ven involucrados agentes de la policía aquejados del síndrome de Harry el Sucio.
Esta patología provoca que muchos miembros de los cuerpos policiales primero disparen y luego pregunten. Y si el sospechoso es de un color de piel más oscuro de lo normal, primero disparan, después vuelven a disparar y finalmente, lo rematan en el suelo. Es la cultura del gatillo fácil que llevan en los genes. No han superado la etapa del Salvaje Oeste, cuando la justicia se impartía a base de raciones de pólvora y los los sheriffs se covertían en juez y parte. Lo mejor de todo es que estos crímenes, cometidos por policías
blancos, serán juzgados por un tribunal conformado totalmente, o al menos mayoritariamente, por "rostros pálidos" que no dudarán en exculparlos. No creo que salga muy caro para los policías el asesinato de un joven
negro desarmado y de un niño, también negro, que llevaba un arma de juguete. Ni siquiera lo pagarán con la expulsión del cuerpo. Mientras tanto, los habitantes del ghetto estallarán de indignación y su ira se transformará en violencia en forma de los tradicionales disturbios y saqueos que suceden a cada asesinato o acto de brutalidad de carácter racista. Son muchos años, siglos, sufriendo la opresión racial y económica en sus carnes y el grito violento es su forma de expresar tanta rabia y frustración acumulada.
Si a la desigualdad social y al racismo más o menos latente unimos un contínuo mensaje del miedo propagado a través de los medios y la libre circulación de armas, gracias al enorme poder del que goza el lobby armamentístico en USA, la combinación resulta explosiva...
La inconsciente mezcla de armas, miedo, desigualdad y racismo nunca ha sido una buena receta para
promover la convivencia en cualquier sociedad que se considere sana y justa. Creo que
la estadounidense no lo es.
Así que se me ha ocurrido escribir un poema inspirado en
los versos de Whitey on the Moon, composición del gran Gil Scott Heron.
Este pequeño homenaje
está dedicado a todos los hermanos que son víctimas de la miseria y el racismo. También
para todos aquellos que luchan contra esas dos lacras que degradan al ser
humano a lo largo y ancho del mundo, pero sobre todo, a los que lo sufren en ese
país que pasa por ser el faro que ilumina Occidente, la luz del mundo,"The land of the free and the home of the brave". Los USA.
CASA BLANCA/CASA NEGRA
Los precios suben mientras los
salarios bajan.
Pero Obama está en la Casa
(Blanca).
Todo mi dinero cabe en mis
bolsillos.
Pero Obama está en la Casa (Blanca).
No tenemos cuidados médicos.
Pero Obama está en la Casa (Blanca).
Somos discriminados en el ghetto.
Pero Obama está en la Casa
(Blanca).
Naufragamos entre alcohol y drogas.
Pero Obama está en la Casa (Blanca).
Nuestro color de piel nos hace
sospechosos.
Pero Obama está en la Casa (Blanca).
Para nosotros el futuro es un mal
sueño.
Pero Obama está en la Casa (Blanca).
Seguimos siendo masivamente encarcelados.
Pero Obama está en la Casa (Blanca).
Nos apalean y asesinan polis
racistas.
Pero Obama está en la Casa (Blanca).
Morimos defendiendo
sus intereses en sus guerras.
Pero Obama está en la Casa (Blanca).
Sigo sin trabajo.
Sigo sin trabajo.
Pero Obama está en la Casa (Blanca).